BESTIARIO MEDIEVAL, Ignacio Malaxecheverría

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IGNACIO MALAXECHEVERRÍA, Bestiario medieval, Siruela, Madrid, 1986, 280 páginas.

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Ignacio Malaxecheverría traduce y edita esta antología con la que se pretende ampliar la consideración de Nilda Guglielmi, para quien un Bestiario sólo es "una obra seudocientífica moralizante sobre animales, existentes y fabulosos". 
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Sirenas

   Dijo Isaías: «Que las sirenas construyan su morada, que los demonios brinquen; que den a luz los puercoespines».
   El moralista enseña que las sirenas son crueles; que viven en el mar, que los acentos de sus voces son melodiosos y que los viajeros quedan prendados de ellas hasta el punto de precipitarse en el mar, donde se pierden. El cuerpo de estas encantadoras es el de una mujer, hasta los senos; el resto recuerda al pájaro, al asno o al toro.
Semejantes son aquellos que tienen dos modos de actuar, los inconstantes. Hay gentes que frecuentan las iglesias sin alejarse del pecado. Tienen la apariencia de la rectitud, pero están muy lejos de lo que parecen ser. Cuando entran en la iglesia, parecen cantantes; después, mezclados con la multitud, se parecen a brutos. Esta especie de gentes participan de las naturalezas del dragón y de la sirena; tienen el poder seductor de los heresiar­cas, que arrebatan el corazón de los inocentes y de los débiles. Dijo Isaías: «Las palabras peligrosas dañan a la naturaleza dé­bil».
Phys. armenio, 126-127

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   Existen en Arabia serpientes aladas llamadas sirenas, que co­rren más que los caballos y, según se dice, también vuelan. Su ve­neno es tan fuerte que la muerte sobreviene antes de que se sien­ta la mordedura.
De Bestiis, 244

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   Las sirenas, dice el Fisiólogo, son unas criaturas mortíferas constituidas como seres humanos desde la cabeza hasta el ombligo, mientras que su parte inferior, hasta los pies, es alada. Melodiosamente, interpretan cantos que resultan deliciosos; así, en­cantan los oídos de los marinos, y los atraen. Excitan el oído de estos pobres diablos merced a la prodigiosa dulzura de su ritmo, y hacen que se duerman. Por último, cuando ven que los mari­nos están profundamente dormidos, se arrojan sobre ellos y los despedazan.
   Así, los seres humanos ignorantes e incautos se ven engaña­dos por las hermosas voces, cuando los encantan las faltas de delicadeza, los rasgos de ostentación o los placeres, o cuando se vuelven licenciosos debido a comedias, tragedias y cancioncillas diversas. Pierden todo su vigor mental, como si estuviesen sumidos en profundo sueño, y, de pronto, el ataque arrebatador del Enemigo cae sobre ellos.
Cambridge, 134-135



2 comentarios en "BESTIARIO MEDIEVAL, Ignacio Malaxecheverría"

  1. Agradezco o infinitamente este ramillete de seres alados, marinos y gallináceos.
    Un abrazo desde Axolotitlan, tierra de sirenas y axolotes.

    Máximo dice:

    Maestro:

    Nos toca a nosotros agradecer la visita.

    Todavía perceptible en nuestra sala de estar el olor a yodo y salitre.